Introducción:

En mi niñez ya me interesaban los caballos. Me entendían y yo los entendía, y como suele ocurrir entre iguales, se estableció una amistad incondicional para toda la vida.

Era un verdadero placer vivir experiencias juntos en el deporte, entrenar para subir el listón de ambos; literalmente y en sentido figurado.

Pero cada vez que veía a estos animales sufrir o cuando era testigo de una agonía dolorosa, crecía desde mi impotencia un deseo cada vez más intenso de poder hacer algo al respecto.

Hoy en día mi formación combinada de fisioterapeuta y osteópata de caballos me permite asistir a caballos profesionalmente tanto en el adiestramiento deportivo como en el tratamiento de afectaciones.